100 objetos de IKEA que nos hubiese gustado tener en VINÇON
VINÇON fue clave en la eclosión del diseño barcelonés. Todas las guías internacionales citaban la tienda como un hito imprescindible del nuevo diseño de la ciudad y de España en general. Ejerció de prescriptor, altavoz, cuna, difusor, expositor, interconector e internacionalizador del sector.
[Cultura – Diseño / BCN Eventos]
Disseny Hub Barcelona (DHub)
Exposición ‘100 objetos de IKEA que nos hubiese gustado tener en VINÇON’
Un diálogo entre el diseño mediterráneo y el escandinavo
Del 17 de octubre de 2024 hasta el 23 de febrero de 2025
«100 objetos de Ikea que nos hubiera gustado tener en Vinçon», con esta frase se da la bienvenida a los visitantes de la exposición organizada para que quienes solo conocen IKEA se hagan una idea de lo que significó VINÇON para los barceloneses en la dècada de los años 70.
El acto fue inaugurado por el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, y conducido por Juli Capella, arquitecto y comisario de la muestra, quien ha dado forma a la idea inicial. Junto a él, Fernando Amat, de quien partió la idea original y que junto a Sergi Amat, la propusieron.
Querían seleccionar 100 objetos de la marca sueca que les hubiese gustado tener en su mítica tienda, y Juli Capella ha desarrollado este proyecto para, más allá de la selección de las piezas, establecer un juego de espejos entre las dos marcas.
Éstas son referentes que han marcado las últimas décadas del diseño y que, pese a las evidentes diferencias de escala, también presentan semejanzas.
La muestra pone en valor el papel democratizador del diseño que han tenido estas dos marcas, así como la importancia misma del diseño en el bienestar de las personas.
Además, reflexiona sobre cómo han evolucionado conceptos como la sostenibilidad y la funcionalidad. La exposición contrapone lo global de una marca frente a lo local de la otra.
Selección de las 100 piezas
Las 100 piezas de IKEA fueron seleccionadas por Fernando y Sergi Amat, lo hicieron después del viaje de Fernando al Museo IKEA en Älmhult (Suecia), así como de varias visitas con su sobrino a la tienda de IKEA en L’Hospitalet y la consulta de catálogos históricos y del actual catálogo online.
Los criterios para hacer la selección fueron los mismos que utilizaron durante años cuando viajaban para comprar artículos para vender después en VINÇON. Por preferencia estética, funcional y por precio, pero sobre todo por instinto, pensando en qué les gustaría a ellos tener en casa.
Las semejanzas entre VINÇON e IKEA
También explica la historia de dos emprendedores con semblanzas y diferencias, además de establecer un diálogo entre el diseño escandinavo y el diseño mediterráneo.
Más allá de esto, la muestra invita a reflexionar sobre cómo habría sido un mundo en el que la marca global fuese VINÇON.
VINÇON e IKEA representan dos negocios extremos en el mundo del diseño. Uno con vocación contenida y local; el otro con visión expansiva internacional.
VINÇON no llegó a facturar ni el 1% de las ventas de IKEA en España. A nivel mundial, IKEA factura ahora 3.142 veces más que VINÇON hizo en su mejor año. Sin embargo, el número de referencias ofrecido por las dos marcas es similar: cerca de 10.000 productos.
Es un análisis comparativo, que profundiza en 14 ítems que van desde la historia y los fundadores a la geografía, pasando por el logotipo, la publicidad, las bolsas, la promoción de la cultura o la arquitectura de las tiendas, poniendo en evidencia diferencias como el alcance territorial, la facturación o el tipo de gestión.
También saca a la luz algunas características comunes en el perfil de sus impulsores. La conversación que la exposición establece entre VINÇON e IKEA permite reflexionar sobre aspectos como los cinco valores del diseño democrático (forma, función, calidad, sostenibilidad y precio) o la interrelación entre funcionalidad y estética.
«La exposición informa del precio de las piezas escogidas, un hecho nada usual en un museo», explicó el comisario, y lo hace precisamente con la intención de introducir el debate sobre la importancia social que tiene este dato a la hora de escoger un producto.
Tanto una marca como la otra han huido del uso de la publicidad comercial convencional. Las dos han buscado una estrategia de singularidad que las mostrase como una marca auténtica, diferente del resto de la oferta.
VINÇON
VINÇON cerró el 30 de junio de 2015, después de casi 75 años de singular actividad comercial y cultural. Su origen se remonta a los años 20 del siglo pasado cuando Enrique Levi abrió un negocio de importación y venta al por mayor de porcelana fina.
Años más tarde, se asoció con su cuñado Hugo Vinçon y cogieron un local en el Passeig de Gràcia que, a partir de 1940, pasó a llamarse Regalos Hugo Vinçon, con un punto de venta de objetos de cristal y porcelana, un espacio para la exposición de arte y un extenso espacio para almacenar mercancías.
Uno de los empleados, Jacinto Amat, se quedó con la empresa en 1957. Poco después, sus hijos Juan y Fernando, se incorporaron a un negocio que cambió cuando, después de la muerte del padre, en 1967, ellos cogieron las riendas.
Los dos hermanos empezaron a llevar a Barcelona diseño internacional, que seleccionaban basándose en su intuición y con una sensibilidad casi comisarial. .
Juan y Fernando fueron perfilando una propuesta que acabó convirtiéndose en uno de les establecimientos más singulares y emblemáticos de la ciudad.
El diseño de VINÇON
VINÇON fue clave en la eclosión del diseño barcelonés. Todas las guías internacionales citaban la tienda como un hito imprescindible del nuevo diseño de la ciudad y de España en general. Ejerció de prescriptor, altavoz, cuna, difusor, expositor, interconector e internacionalizador del sector.
En 1972 Fernando Amat encargó la primera bolsa a América Sánchez, que dibujó una mano con seis dedos, como las letras de VINÇON, con las uñas pintadas del rojo corporativo.
A partir de entonces se sucedieron muchos modelos de diversos autores. En 1995 se editó una bolsa de la artista estadounidense Barbara Kruger, que en 1987 había creado el cartel con el lema ‘I shop therefore I am’, que emulaba la famosa frase de Descartes.
Amat contactó con ella después de una exposición en Barcelona y le pidió autorización para poner este logo anti consumista en la bolsa de VINÇON.
En 1975 editó un calendario diseñado por América Sánchez donde solo aparecía lo imprescindible: los números del mes y los días, todo con un cuerpo grande y bien visible. No tenía ningún elemento más, ni tampoco ilustraciones. Hoy en día, después del cierre de la tienda, el calendario se continúa editando y vendiendo.
Sala VINÇON
La Sala Vinçon, de la que fue director Fernando Amat, estaba situada en el interior de la tienda VINÇON, y ocupaba lo que fue a principios del siglo XX el estudio del pintor Ramón Casas.
Fue en 1973 cuando Fernando Amat recuperó ese espacio, que desde un principio definió como sala multidisciplinar y no comercial, donde se presentaban las manifestaciones artísticas y culturales del momento que se apartaban de las vías tradicionales de exhibición.
Artistas, arquitectos, diseñadores, fotógrafos, tanto locales como internacionales, exhibieron su creatividad en este espacio. Entre ellos Alessandro Mendini, Javier Mariscal, Studio Per, Ingo Maurer, Denis Santachiara, Navarro Baldeweg, Julian Schnabel, Ron Arad, Philippe Starck, America Sanchez, Joost Swarte, Toshiyuki Kita, Peret, Maria Espeus, Water Studio y tantos otros.
Esta sala llegó a organizar hasta 316 exposiciones con acceso siempre gratuito.
IKEA
IKEA es un acrónimo del nombre del fundador de la empresa (Ingvar Kamprad), y la granja y la población de su lugar de nacimiento (Elmtaryd y Agunnaryd).
El primer logotipo correspondía a HANDELSFIRMA IKEA, es decir, Empresa Comercial Ikea. Poco tiempo después se simplificó a IKÉA, con acento en la letra ‘e’ y con letra perfilada sombreada.
En los años 40, el logotipo se convirtió en una letra corrida minúscula, que facilitó que se pronunciara todo seguido y no deletreado. En 1951, la agencia Sandströms incorporó una nube y volvió a optar por las mayúsculas.
Gilles Lundgren, famoso diseñador interno, rediseñó el logo dándole inclinación y el grosor característico que tiene hoy en día. En los años 60, se suprimió el acento, la nube se convirtió en elipsis, y las letras recuperaron horizontalidad.
No fue hasta 1984 cuando se registró la marca y se universalizó el logotipo, muy similar al actual, con sus característicos colores azul y amarillo, representativos de la bandera de Suecia.
IKEA, al contrario que VINÇON, fabrica sus propios productos ya con una intención y estrategia determinadas.
Este artículo es de libre de reproducción, a condición de respetar su integridad y de mencionar a las autoras y el medio.
Marisa Ferrer – L. Sedó
eMagazine 39ymas.com
Fuentes:
vinçon.com
lasalavincon.com
Disseny Hub Barcelona (DHub)
Fotografías:
© Carles Dorico.
© Leonor Sedó
VINÇON
Imágenes de la exposición ‘Rojo’, septiembre 2013 – disenoyarquitectura.net
ÏKEA
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