Albert Einstein a 100 años de su visita a Barcelona
En aquellos momentos Albert Einstein, de 43 años, ya se había convertido en una celebridad mundial y todos querían acogerle. Hacía dos años que había recibido el Premio Nobel de Física.
[Ciencia]
Esteve Terrades, un reconocido físico catalán, que ostentó varios cargo en la Mancomunitat de Catalunya, lo invitó formalmente a Barcelona para que impartiera conferencias científicas sobre sus teorías.
Se le envió la primera invitación en 1921, a la que respondió: «Su cordial carta me ha llenado de alegría y de tristeza […] De tristeza porque un largo e importante trabajo no me permite marchar de Berlín antes del verano. Lamento que esto no me permita aceptar su invitación, pero haré todo lo posible para aceptarla en el curso académico próximo».
Esteve Terradas, catedrático de Acústica y Óptica de la Universitat de Barcelona, fue uno de los primeros catalanes que valoró las aportaciones científicas de Albert Einstein y uno de los organizadores de los cursos monográficos en el marco de los cuales vino invitado el físico-matemático alemán.
En aquellos momentos Einstein, de 43 años, ya se había convertido en una celebridad mundial y todos querían acogerle. Hacía dos años que había recibido el Premio Nobel de Física y casi cuatro años desde que se habían confirmado sus predicciones sobre la curvatura de la luz de la teoría general de la relatividad.
La Mancomunitat no escapó al entusiasmo que despertaba el científico y los dirigentes de la Lliga creyeron que contar con su presencia en Barcelona representaría una buena oportunidad para promover la ciencia y, de paso, hacer publicidad de su obra de gobierno.
La llegada de Albert Einstein a Barcelona
Después de su reconocida gira de conferencias por Japón, el físico alemán comunicó por telegrama que se aproximaba a la ciudad, sin especificar día ni hora de llegada.
Así fue que llegó a Barcelona el 22 de febrero de 1923 junto con su esposa Elsa. En la estación de Francia nadie le esperaba ya que no tenían conocimiento del día ni de la hora. Además hubo confusión sobre el hotel donde tenía que alojarse.
La prensa recogió este detalle y también la confusión que hubo sobre el hotel donde se alojaron. Se dijo que habían ido a parar a una modesta pensión de la Rambla: las Quatre Nacions, pero también que habían ido al Hotel Colón, ubicado en la Plaza Catalunya.
El periódico ‘La Voz de Catalunya’ dio una tercera versión según la cual Einstein y Elsa se habían dirigido primero a la casa de Terrades para saber donde tenían que ir. Fuese como fuese, lo cierto es que se instalaron en el Hotel Ritz, tal como estaba previsto.
Su primera conferencia
A las siete de la tarde del día 24 de febrero, el físico impartió la primera de las tres conferencias que estaban previstas en la sede del Institut d’Estudis Catalans, en el Palau de la Diputació de Barcelona (hoy Palau de la Generalitat), donde no cabía ni un alfiler, a pesar de que los asistentes tuvieron que pagar veinticinco pesetas por entrada, un precio bastante elevado para la época.
Parece que fueron muy pocos los que consiguieron entender al científico. Albert Einstein, no solamente se dirigió a los asistentes como si todos fueran expertos en física y matemáticas, sino que lo hizo con una mezcla de francés y alemán que complicó aún más más la comprensión.
Sus visitas
A la mañana siguiente, el matrimonio fue invitado a visitar el Monasterio de Poblet (Tarragona). En el camino, acompañados por Bernat Lassaletta y Ventura Gassol, se pararon en la Espluga de Francolí, donde el científico se fotografió dando la mano a los niños de un grupo del pueblo.
Al siguiente día (26 de febrero), Einstein siguió su periplo turístico con un guía de excepción, el presidente de la Mancomunitat, Josep Puig i Cadafalch, con quien visitó el conjunto monumental de las iglesias de Sant Pere de Terrassa (Barcelona).
Por la noche dio su segunda conferencia en el Saló de Sant Jordi del Palau y después asistió a la cena que se había organizado en su honor en el Hotel Ritz.
El día 27 de febrero, impartió, con gran éxito de público, una conferencia sobre la teoría de la relatividad en la Sala de Actos de la Reial Acadèmia de Ciències i Arts de Barcelona. A consecuencia de esta visita, el 29 de febrero de 1923, la Acadèmia le propuso ingresar como académico correspondiente, lo que él aceptó el 20 de junio de 1923.
Sus Encuentros
El día antes de su partida (28 de febrero), el científico visitó dos instalaciones educativas municipales: la Escola del Mar y el Grup Escolar Baixeras. Al mediodía fue recibido en el Ayuntamiento de Barcelona por el alcalde accidental, Enric Maynés. Por la tarde, Einstein dio una conferencia adicional en la Acadèmia.
Seguidamente, el científico accedió a entrevistarse con Ángel Pestaña, dirigente de la Confederació Nacional del Treball (CNT). Durante este encuentro, Pestaña le informó de la lucha social en Barcelona, y se sabe que Einstein le recomendó que hiciera leer a Spinoza a sus sindicalistas.
La agenda de este día concluyó con una nueva cena organizada por Rafael Campalans, director general de Instrucción del Consell de Pedagogia de la Mancomunitat.
En los momentos de ocio, visitó el Ayuntamiento de Barcelona, cenó en el Hotel Ritz con diversas personalidades políticas y científicas y, como petición personal, pidió una visita al Port Vell, donde recorrió con canoa las aguas cercanas al varadero.
El último día de su estancia en Barcelona
El último día de su estancia en la ciudad condal, quiso visitar uno de los proyectos emblemáticos de la Mancomunitat, la Escuela Industrial de Barcelona, conocida por Universitat Nova.
En su honor, la Cobla Barcelona tocó unas sardanas que bailaron la Penya de la Dansa de la Associació d’Estudiants de la Universitat Nova, dirigida por J. Rigall, del Esbart Folklore de Catalunya. Fue obsequiado con dos discos de música popular catalana que, según algunos testimonios, seguía escuchando años después.
El 29 de febrero, se dirigió hacia Madrid, donde permaneció hasta el 11 de marzo, para continuar su periplo de conferenciante en España, que finalizó en Zaragoza. Terminaban así sus seis días de estancia en Barcelona.
Esta es la anotación que hizo Albert Einstein en su dietario personal de su estancia en Barcelona el año 1923: «22-28 de febrero. Estancia en Barcelona. Muy cansado, pero gente amable (Terrades, Campalans, Lana, la hija de Tirpitz). Canciones populares, bailes, [el bar] Refectorium. Ha sido agradable». (El Refectorium era un restaurante con ambientación medieval de moda en la ciudad condal que era frecuentado por políticos e intelectuales de la época. Estuvo abierto de 1917 a 1925).
Equipo Torrese
eMagazine 39ymas.com
Fuente: sapiens.cat
Origen de las imágenes:
Wikimedia Commons
es.quora.com – Einstein recibiendo el Premio Nobel
guias-viajar.com
lavidanoessolotrabajar.com
sapiens.cat
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