Atentado frustrado contra Lydia Cacho
El lunes 7 de mayo, alrededor de las 12:20, la periodista Lydia Cacho llegó de Ciudad Juárez al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México acompañada de tres escoltas de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) que van con ella desde febrero de 2005, a raíz de las amenazas de muerte recibidas por su trabajo. Al salir, un agente les entregó el vehículo Suburban color morado placas 752RVC propiedad de la Procuraduría General de la República (PGR). Lydia Cacho ofreció a llevar a tres periodistas colegas en el coche dado que se dirigían a la misma zona de la ciudad que ella. Luego de recorrer 5 kilómetros aproximadamente entre Viaducto y Eje Central (Ciudad de México), el vehículo comenzó a perder el control pero el chofer pudo detenerlo. Los agentes bajaron pensando que la llanta estaba pinchada. Sin embargo, no era así: la llanta y el rin estaban a punto de salirse por completo. Cuando uno de los escoltas tocó los tornillos descubrió que todos estaban rotos, retirándolos con la mano sin necesidad de ninguna herramienta. Estaban básicamente superpuestos. Al revisarlos, los agentes consideraron que tenían apariencia de haber sido limados y sobrepuestos deliberadamente con la intención de provocar un accidente.
Al día asiguiente, martes 8 de mayo, Lydia Cacho y su abogado, Xavier Olea, interpusieron una denuncia penal en contra de quien resulte responsable. En ella piden que se incluya un peritaje exhaustivo del coche y la investigación de quienes tuvieron acceso a él entre sábado y domingo, sabiendo que Cacho lo usaría el lunes mismo. Asimismo, interpusieron demanda en contra de Succar Kuri por amenazas en contra de la periodista proferidas el miércoles 2 de mayo, cuando se encontraron en el juzgado de Alta Seguridad de la Palma, en donde el pederasta es enjuiciado. Igualmente contra el gobernador de Puebla, Mario Marín y contra la procuradora estatal, Blanca Alicia Villena. La denuncia fue presentada ante la Procuraduría General de la República (PGR) por tentativa de homicidio.
Cacho Ribero dijo que espera que la PGR inicie la averiguación previa correspondiente y no dé carpetazo al asunto, porque según expresó «hay una hipótesis de que existen personajes dentro del Estado que dieron carpetazo a las denuncias que ésta presentara en 2005 ante la PGR en contra de Succar Kuri, Kamel Nacif y el «gober precioso» por los delitos de tráfico de influencias, cohecho, abuso de autoridad, tentativa de violación y falsedad de declaraciones».
Cabe recordar que la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos relacionados con Actos de Violencia en contra de las Mujeres (Fevim) investiga el presunto delito de tortura contra la periodista durante su traslado, en ese año de 2005, de Cancún a Puebla.
Lydia Cacho Ribero (1963) es periodista y escritora, nacida en la Ciudad de México. Autora de varias obras de mucho impacto social, ha sido premiada en varias ocasiones por su labor periodística (Premio Estatal de Periodismo 2002, premio «Francisco Ojeda» al Valor Periodístico 2006 y premio «Don Méndez Arceo» a la Defensa de los Derechos Humanos 2006). Lydia Cacho es también una reconocida activista por los derechos humanos y especialmente los de la mujer.
En su libro Los Demonios del Edén(2005, Grijalbo Mondadori, ISBN: 9685957584), denuncia a la mafia de la pederastia en México, implicando a varios personajes públicos, como Kamel Nacif o Jean Succar Kuri (líder de organización de pederastas).
Lydia Cacho saltó a la luz pública por la denuncia penal en su contra, por el delito de difamación que impuso el empresario libanés Kamel Nacif Borge en el estado de Puebla, y el posterior escándalo político que tuvo lugar al implicar al gobernador de Puebla y al empresario en una supuesta confabulación para violentar la ley en contra de la periodista. Los delitos que denunció Cacho tuvieron lugar en Cancún, Quintana Roo donde ella residía y donde denunció que fue secuestrada por elementos de la policía de Puebla y trasladada de manera presuntamente ilegal a ese estado, por una supuesta orden del gobernador de Puebla Mario Marín Torres. Una vez en Puebla y después del escándalo público, fue puesta en libertad bajo fianza.
El 14 de febrero de 2006 fue dada a conocer una presunta grabación de una llamada telefónica entre el gobernador de Puebla y Kamel Nacif, en la cual este último le agradece el favor hecho por Marín al detener y procesar a Lydia Cacho; estos hechos sustentarían las denuncias hechas por ella. Marín ha negado reiteradamente que sea su voz la que se escucha en la grabación, sin embargo gran parte de los políticos de México, organizaciones sociales y medios de comunicación han exigido la aclaración del caso e incluso su cese. Además se menciona de manera colateral en algunas de las grabaciones, al los gobernadores de Quintana Roo, Félix González Canto, al de Chiapas, Pablo Salazar Mendiguchía y al exgobernador de Quintana Roo, Joaquín Hendricks Díaz.
Ante los hechos tan trágicos y horribles descubiertos por Lydia Cacho y denunciados por ella para poner fin al sufrimiento de tantos menores, no hay excusa posible para no investigar y castigar a los culpables. Hay que acabar con la corrupción estatal, policial, empresarial… Porqué se mira para otro lado cuando se están destrozando las vidas de niñ@s que ya nunca serán l@smism@s. Pequeñ@s a los que se les ha arrancado el hilo de la esperanza, a l@s que se ha abocado a la prostitución, al robo, a las drogas o a la locura sin miramiento alguno, sólo porque “personajes importantes” (léase con dinero o poder), alcancen unos minutos de placer, usen a l@spequeñ@s y los tiren como pañuelos usados, si no es que, presuntamente, desaparezcan en la nada.
Equipo Torrese
Fuentes:
unafuente.com
wikipwdia.com
CIMAC – cimac@laneta.apc.org
Fotografías:
noticaribe.com.mx
unafuente.com
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Ver: La impunidad ya tiene carta blanca en México, por Francesc Relea, El País, 06-12-2007