Cáncer de testículos – La detección precoz es clave en su pronóstico

La detección precoz del cáncer de testículos es clave en su pronóstico, por lo que los expertos insisten en que la autoexploración es la mejor y única forma de realizar un diagnóstico temprano.

[En Masculino / Salud]

 

El cáncer de testículos es el tumor más frecuente en varones de entre 14 y 45 años. Aunque sus tasas de incidencia son bajas (en nuestro país se diagnostican entre 2 y 3 nuevos casos por cada 100.000 habitantes/ año), hay que tener en cuenta que afecta a hombres muy jóvenes, que están en plena etapa reproductiva.

Para el doctor Humberto Villavicencio, Director del Servicio de Urología de la Fundació Puigvert (Barcelona), “a pesar de ser un tumor tremendamente agresivo, es el que más se ha beneficiado de los avances quimioterápicos.

En la actualidad, se ha pasado de que este tumor fuera el responsable de una importante tasa de mortalidad a conseguir unos porcentajes de curación de entre el 98-100 por ciento en los estadios iniciales”.

 

Detección precoz

La detección precoz del cáncer de testículos es clave en su pronóstico, por lo que los expertos insisten en que la autoexploración es la mejor y única forma de realizar un diagnóstico temprano.

En este sentido, los urólogos son partidarios de que ya desde el colegio se informe y se enseñe a los niños a autopalparse para detectar un posible bulto en la zona testicular.

Como apunta el doctor Villavicencio, “ante la aparición de un bulto asintomático, es decir, que no responda a un golpe y que no se acompaña de fiebre o dolor, se debe acudir al médico para asegurarse de que no se trata de un tumor”.

Aunque se han relacionado diversos factores de riesgo que aumentan las probabilidades de desarrollar este tumor, el que presenta una relación más clara es la falta de descenso de los testículos al escroto (criptorquidia).

Se calcula que en el 3 por ciento de los niños los testículos no descienden. En algunos casos, los testículos permanecen dentro del abdomen; en otros, el testículo comienza en descenso pero se queda en el área de la ingle.

Cerca del 14 por ciento de los casos de tumor testicular se da en varones con historia de criptorquidia.

 

Factores de riesgo

La edad, las alteraciones embrionarias (disgenesia gonadal) y la falta de madurez del testículo son los principales factores de riesgo.

Aunque el primer signo de aviso es el crecimiento del volumen del testículo, sin embargo, como matiza el doctor Villavicencio: “el tamaño del tumor no implica en absoluto su grado de agresividad, ya que puede haber un tumor de un centímetro y estar totalmente diseminado y encontrarnos, por el contrario, con un tumor de 5 centímetros y estar éste localizado sólo en testículo.

De hecho, es el único tumor que su tamaño no está directamente relacionado con su grado de agresividad. El dolor suele aparecer cuando ya está muy avanzado.

En cualquier caso, dada la rapidez con la que se multiplican sus células, se trata de un tumor bastante agresivo y aunque su primera zona de localización suele ser el retroperitoneo (área de afuera o atrás del peritoneo, el tejido que reviste la pared abdominal), también puede llegar a afectar al pulmón, al hígado y excepcionalmente al cerebro y huesos”.

 

Diagnóstico a tiempo

A través de una simple palpación, una ecografía y un análisis de sangre se puede detectar un cáncer de testículo.

Si se diagnostica a tiempo, casi todos son curables y, en general, la supervivencia de los enfermos a los cinco años del diagnóstico es superior al 80 por ciento.

Normalmente el tumor testicular se trata con cirugía radical (orquiectomía), que consiste en extirpar el testículo afectado. Sin embargo, en algunos casos, como cuando existe un tumor testicular bilateral, se opta por la cirugía conservadora.

Una vez que se ha sometido al paciente a la cirugía, se analiza el tumor. A través de una serie de pruebas clínicas y radiológicas se confirma que no se haya diseminado a otras zonas fuera del testículo, como por ejemplo el escáner abdominal (TAC) que constata si el tumor se ha extendido a los ganglios linfáticos.

En función de los resultados, se opta por el tratamiento más adecuado. En los casos en los que el tumor ya se ha extendido, se utiliza la quimioterapia. “Un factor de buen pronóstico del tumor”, comenta el doctor Humberto Villavicencio, “es la respuesta total a la quimioterapia”.

 

 

El Periódico de la Farmacia
Publicación de información sanitaria
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Actualizado: 18-09-2023
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