El investigador Manel Esteller charla con la periodista Silvia Cóppulo – «La herencia genética no...
Auditorio Fundación RBA, Barcelona
Conversación con el Dr. Manel Esteller sobre su libro ‘No soy mi ADN’
15 de junio de 2017
Manel Esteller (Sant Boi de Llobregat, Barcelona, 1968) es director del programa de Epigenética y Biología del Cáncer del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), profesor de investigación ICREA (Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados) y profesor asociado de la Universitat de Barcelona. Antes de su incorporación al IDIBELL, Esteller lideró el Laboratorio de Epigenética del Cáncer del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).
El Dr. Manel Esteller es un referente internacional en el ámbito de la epigenética. Se licenció en medicina en la Universitat de Barcelona el año 1992, donde se doctoró en 1996 con un trabajo sobre la genética molecular del carcinoma de endometrio. Del año 1997 al 2001 hizo los estudios posdoctorales en la Johns Hopkins University (Baltimore, Estados Unidos), donde estudió la relación entre la metilación del ADN y el cáncer. De hecho, su trabajo ha sido decisivo para demostrar que todos los tumores humanos tienen en común una alteración química concreta: la hipermetilación de los genes supresores de tumores.
Esteller es autor de más de 200 artículos científicos y editor de varias publicaciones de relevancia internacional. Ha ganado numerosos premios, como el Premio de la Reunión de la cumbre Mundial de la Salud y Premio Pfizer a la Innovación en la Investigación Biomédica, que recibió el mes de octubre de 2010. En 2011 recibe el Premio Nacional de Genética otorgado por su excelente labor investigadora que ha puesto de manifiesto la importancia de las modificaciones epigenéticas en la regulación de la expresión génica tanto en procesos fisiológicos como patológicos. En enero de 2012, se le otorga el I Premio Nacional de Investigación en Cáncer ‘Doctores Diz Pintado’. En 2015 recibe el Premio Nacional de Investigación de la Generalitat de Catalunya, y en 2016 el Premio Internacional Catalunya.
Los resultados de sus investigaciones pre-clínicas están contribuyendo al desarrollo de nuevos fármacos para su aplicación en el tratamiento del cáncer. Sus aportaciones contribuyen a revisar y complementar paradigmas científicos que se creían bien establecidos, al demostrar la importancia de factores externos en la modificación directa de genes con efectos para su regulación. Su obra científica, de gran extensión pese a su juventud, demuestra cómo las modificaciones epigenéticas del material hereditario pueden contribuir al desarrollo de los procesos de envejecimiento y cáncer. Además, ha supuesto la base para la aprobación reciente de algunos fármacos antitumorales y abre el camino para conocer el epigenoma humano, un proyecto internacional en el que Esteller ocupa un papel relevante. Actualmente ostenta el cargo de presidente de la Epigenetics Society.
¿Los genes mandan pero no tanto?, es la primera pregunta de Silvia Cóppulo.
«Efectivamente los genes son sólo los responsables de un 10% de las enfermedades altamente hereditarias, el resto lo provoca la conducta, los habitos toxicos o saludables del individuo», responde el científico.
Durante la conversación con la periodista el doctor Esteller explica que el ambiente y la historia del individuo influyen sobre sus genes y su transmisión.
“La genética es el abecedario y la epigenética viene a ser la ortografía de la genetica, o sea, la acentuación, las cursivas, las helvéticas… Nosotros tenemos una herencia que nos viene dada por nuestro material genético, que es el ADN, y que nos da una tendencia de ser y tener un aspecto determinado. Esto se puede modular ambientalmente y, más complicado, esto que hemos modulado en vida, lo podemos pasar a nuestros hijos”.
La periodista le pregunta: “¿Este cambio que hemos pasado a nuestros hijos dura muchas generaciones?”.
“Esta herencia básica dura siempre mientras se mantengan los cambios que la han producido, si los cambios desaparecen, se mantiene durante tres generaciones”, responde el científico.
– «¿Es verdad que hay unos ratoncitos que cambian de color?», le inquiere la periodista.
«Hay una especie de ratoncitos que cambian de color según lo que coman. A estos ratoncitos, que son de color marrón, si se les proporciona una dieta rica en folatos se vuelen amarillos y tienen ratoncitos amarillos. Si se les quita esta dieta, vuelven a su color natural. Los ratoncitos que han nacido amarillos pueden continuar de este color durante tres generaciones y si, por el ambiente en el que viven, pueden tener ventaja siendo de este color, como pasar más desapercibidos por los depredadores, continúan siendo amarillos«, explica el doctor.
– “¿Tiene un ejemplo en su libro de dos mellizos univitelinos, de estos que se confunden. ¿Qué es lo que es idéntico y qué es lo que no lo es?, se interesa Silvia Cóppulo.
«Estos mellizos tienen el mismo ADN y pueden ser diferentes porque la fórmula que controla su ADN es diferente. Si uno de ellos vive en una ciudad y el otro en una población pequeña, si uno estudia y el otro no, o si uno trabaja en el campo y el otro en una fábrica de pinturas, todo esto deja una señal, una huella en su material genético. Uno empezó a fumar y el otro no, y se podía ver, a través del ADN, que había pasado alguna cosa.
– «¿Usted es el primer universitario en su familia…?», pregunta la profesional de la comunicación.
“Sí, provengo de una familia en la cual soy el primer universitario, porque había un sistema social que permitía estudiar con becas. Un sistema que está en peligro. Es por esto que voy a hablar a los institutos, no podemos perder el talento de un niño o una niña que sean buenos y no tengan dinero para ir a la universidad. Estos niños serán los que encontrarán la cura a la enfermedad de Huntington, los que encontrarán la manera de hacer dulce el agua salada…”.
La periodista se interesa en qué hay que fijarse para saber como está una persona de epigenética y herencia.
“Por ejemplo, ¿cómo puede ser que esta persona tenga 75 años y no se quiera jubilar y en cambio ves a otras que ya se quisieran jubilar a los 35 años. Esto tiene mucho que ver con la actividad cerebral. El mundo del epigenoma del cerebro es la última frontera de la biomedicina. Continuamos haciendo mucho por el cáncer y curamos el 60%; de enfermedades degenerativas no curamos ni una. Tendríamos que acercarnos a curar, como mínimo, una de cada cuatro. Es el gran reto para los próximos años», explica el investigador.
Preguntado sobre las enfermedades de su familia nos dice que su madre padeció cáncer de mama en una época en que la curación era baja (35-40%), “pero le hicieron una buena operación y ha estado bien hasta hoy. Mi padre tuvo cáncer de próstata, un tio mio tiene limfoma, un abuelo cáncer de riñón… mi abuela con Alzheimer, otro abuelo con leucemia. Ha habido muchas enfermedades en mi familia que han sumado en mí el deseo interno de hacer cosas. Lo que queremos hacer los investigadores es que la gente viva el máximo de tiempo en las mejores condiciones de calidad de vida».
Por lo que se refiere a su experiencia en Estados Unidos comenta que para él después de Catalunya, el otro gran país es Estados Unidos. “Allí la primera virtud es la imaginación, y la segunda es que, si tu eres bueno en una cosa, no les importa de donde vengas ni en qué creas: te darán soporte. Esta recompensa a la excelencia es clave”.
El Dr. Esteller dedica más de una tercera parte de su tiempo buscando financiación. “La investigación no es un lujo, es una necesidad”, ha afirmado en más de una ocasión. Para él no se trata de inyectar dinero cuando todo va bien, sino de hacerlo cuando hay crisis. “Si se eliminan las ayudas a investigación, esto no repercute en nada en los presupuestos generales. Mediante esta lógica, se puede doblar la ayuda en investigación, porque en los presupuestos generales no significaría nada pero para la investigación significaría mucho. Las enfermedades no se pueden poner en el horizonte político de cuatro años, se tienen que poner a doce años vista. Hay que dar becas y ayudas a los jóvenes. ‘El azar’ en descubrir algo se produce porque continuamente se hacen muchos experimentos y por un trabajo muy duro y poco reconocido.”, expone el científico.
Reflexiona que seria bueno para todos que hubieran mejores investigadores porque se competiría mejor y se tendrían más recursos internacionales que se necesitan para crecer. Parte de la financiación de su laboratorio viene de Europa y debe competir con los medios de los suizos, ingleses y alemanes por la misma bolsa de financiación. Ha reconocido en varias ocasiones que el conseller Mas-Colell ha sido clave para la supervivencia de la investigación en Catalunya, «porque él sabe cual es la relevancia económica y social de la ciencia».
Los datos globales dicen que cada año se curan un 2% más de pacientes de cáncer. Si ahora se cura el 60%, en los próximos 10 años se llegaría al 80%, y en los próximos 20, al 100%. En el cáncer de testículo, la quimioterapia ha curado a estos hombres que morían todos. Ahora se salvan un 95%. Determinadas leucemias, como la infantil, se curan en un 80% de los casos por la introducción de una quimioterápia efectiva. Por el contrario en los casos de cáncer de páncreas, pulmón o cerebro… se curan un 5 o 10%.
En ‘No soy mi ADN’, el doctor responde a preguntas como ¿Puedo heredar las enfermedades de mis padres o abuelos?, ¿La epigenética puede prevenir y tratar las enfermedades como el cáncer, el Parkinson y el Alzheimer?, ¿Por qué fumar puede perjudicar los genes de nuestros hijos y hasta los de nuestros nietos?, ¿Qué impacto tiene el estrés sobre nuestro ADN?, ¿Hacer mucho deporte estropea nuestra genética?
A partir de doce ejemplos basados en casos reales, expone las llaves para entender mejor las bases de la epigenética y ofrece una visión de las infinitas posibilidades que genera el estudio de esta disciplina. Los conceptos teóricos encuentran su aplicación práctica en consejos para llevar una vida saludable que nos permita prevenir el desarrollo de estas enfermedades.
Fumar, beber alcohol, tomar el sol con exceso o vivir en ambientes contaminados puede estropear nuestra epigenética, pero si abandonamos los malos hábitos, la epigenética mejora. La epigenética es reversible.
El Dr. Esteller destaca que la herencia genética no es tan importante como parece. En el caso de las enfermedades, sólo determina un 10% de los casos. La epigenética, sin embargo, determina una parte importante de nuestras vidas.
Del Equipo Torrese
Barcelona, 15-06-2017
Imagen portada gentileza Fundación RBA
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