Electrocución – Consejos de cómo actuar

Ante una electrocución, si se han producido llamas en la ropa del accidentado, apáguelas, pero nunca utilice agua, ya que ésta es muy buena conductora de la electricidad y la electrocución se podría reproducir. Para apagar el fuego recurra a mantas o haga rodar lentamente al herido por el suelo.

[Salud / Familia

 

El contacto con una corriente eléctrica puede tener peores consecuencias que el típico calambrazo que todos hemos sufrido en alguna ocasión: desde graves quemaduras hasta una parada respiratoria o cardíaca dependiendo principalmente de la intensidad de la corriente y del tiempo de exposición a la misma.

Ante una electrocución, el organismo se siente agredido y opone resistencia al paso de la corriente, pero si además la piel está mojada la resistencia es menor, la corriente pasa más fácilmente y las lesiones son más graves. Además, no todo el mundo responde igual a las descargas eléctricas, hay quien es más sensible a ellas.

La electrocución puede producirse de dos formas. O bien cuando el cuerpo está en contacto con los dos hilos conductores, como por ejemplo, dos cables, o bien, lo más frecuente, cuando está en contacto con un hilo conductor y con un material conductor, es decir, un material, como los metales, por el que la electricidad circula con facilidad, o que se ha convertido en conductor gracias a la humedad; suelos y paredes mojados son un buen ejemplo.

 

Graves consecuencias

El paso de la corriente eléctrica a través del cuerpo da lugar a dos tipos de efectos: térmico y de sobrestimulación celular. Reconocer una quemadura eléctrica es relativamente sencillo, pues tiene unas características peculiares:

> la lesión de entrada está bien definida, es pequeña, indolora, de un color blanco grisáceo y con apariencia de piel endurecida;

> la lesión de salida es más grande, más oscura, hundida en el centro y elevada en la periferia y puede que haya más de una, todo depende de las propiedades de la corriente.

Su buen aspecto y tamaño es engañoso ya que la verdadera lesión térmica se produce bajo la piel, afecta a músculos y huesos y es tan potente que puede llegar a destruir de una extremidad toda la musculatura. De todo ello, el responsable es el efecto térmico de la electricidad.

En cuanto a la sobrestimulación celular, en las zonas del cuerpo por donde pasa la corriente, los músculos se enfrentan a violentas contracturas que producen fracturas y luxaciones, pues la fuerza muscular vence la resistencia de huesos y articulaciones e impiden que el herido suelte lo que tanto daño le está haciendo.

Al no poder librarse del agente conductor, el tiempo de exposición a la corriente aumenta y por tanto también la gravedad de las lesiones. Cuando la descarga eléctrica incide sobre la musculatura del corazón puede que sobrevenga un paro cardíaco con facilidad y cuando la corriente atraviesa el tórax puede producir asfixia.

 

Fuentes:
Clínica Universidad de Navarra, Madrid
Salud y Manual de Primeros Auxilios del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de la Universidad de la Rioja.

 

Más vale prevenir que curar

> Cuando esté descalzo, no use ni toque aparatos eléctricos, incluso cuando el suelo esté seco.

> En el cuarto de baño, no tener estufas, radios y tomas de corriente a menos de un metro del borde de la bañera.

> No cambie fusibles ni desmonte un aparato sin antes haberlo desenchufado.

> Si hay niños en casa, ponga protectores a todos los enchufes.

> No conecte aparatos que se hayan mojado.

> Ante cualquier reparación en la instalación eléctrica de su hogar, desconecte el interruptor general situado en el cuadro general de la casa. Lo mejor es que delegue estos trabajos en un profesional cualificado. Y recuerde: por muy sencillo que parezca cambiar una bombilla, hay que cortar antes la corriente.

> Para evitar problemas, tenga en perfecto estado el interruptor diferencial de la vivienda y si la instalación es antigua y carece de él pida a un profesional que se lo instale. También es muy importante disponer de toma de tierra. Algunas casas antiguas no cuentan con ella, aún cuando su presencia puede ahorrarnos más de un susto.

> No manipule monitores de ordenador ni televisores. En su interior existen tensiones de alto voltaje que permanecen aún después de apagar el aparato.

Si hay una persona adherida a un cable de alta tensión, ni intente retirarla ni la toque. Para poder separarla del cable, la compañía de la luz ha de suspender antes la electricidad.

 

Si se presenta una electrocución

> Mientras el herido esté en contacto con la corriente eléctrica, no lo toque. De lo contrario, usted podría convertirse en víctima de una descarga.

> Interrumpa la corriente desconectando el fusible o los interruptores. En las electrocuciones domésticas, y siempre y cuando la instalación sea la correcta, los sistemas de seguridad obligatorios, es decir, el interruptor diferencial, cortarán automáticamente el suministro. Si no sucede así, cierre el interruptor adecuado o mejor aún el interruptor general de la corriente de la casa. Cuando el accidente sucede en la calle, antes de actuar hay que llamar inmediatamente a la compañía eléctrica para que corte el suministro eléctrico de la zona.

> Si no es posible desconectar la corriente, lo importante es separar con rapidez al herido de la fuente de electricidad, pero sin tocarlo directamente. Para ello, permanezca a una distancia prudencial sobre un material seco y aislante, como una alfombra, periódicos o una tabla de madera, y con un material aislante, como un palo o una silla, de madera y secos, empuje a la persona lejos de la fuente de electricidad.

> Si se han producido llamas en la ropa del accidentado, apáguelas, pero nunca utilice agua, ya que ésta es muy buena conductora de la electricidad y la electrocución se podría reproducir. Para apagar el fuego recurra a mantas o haga rodar lentamente al herido por el suelo.

> Envuelva los pies del herido con una toalla seca o una sábana.

> Si la persona respira, colóquelo en la llamada «posición lateral de seguridad»:

> Arrodíllese junto al accidentado y colóquelo tumbado boca arriba.

> Flexiónele el brazo más próximo a usted de manera que forme un ángulo recto con el cuerpo del herido. El codo ha de estar doblado y la palma de la mano hacia arriba.

> Flexiónele la pierna que esté más alejada; la otra ha de quedarse recta.

> Gire el cuerpo suavemente hacia usted hasta que quede de lado. Para ello, tire a la vez de la pierna flexionada y del hombro que le acompaña.

> Échele la cabeza hacia atrás y colóquele el dorso de la mano que queda arriba, es decir, la del lado externo, bajo la mejilla.

> Una vez que haya colocado al herido en esta posición llame al teléfono de emergencias 112 y siga al lado de la víctima vigilando sus signos vitales hasta que lleguen los servicios sanitarios.

> Si el electrocutado no respira o no tiene pulso, llame al 112 y grite pidiendo ayuda, abra la vía aérea y realice las maniobras de reanimación cardiopulmonar básica (boca a boca y masaje cardíaco).

> Nunca dé de beber a un electrocutado ni le quite la ropa.

 

En cualquiera de los casos, siempre que presencie una electrocución pida rápidamente ayuda médica. Nunca se sabe las secuelas que una sacudida eléctrica pueda dejar.

 

 

El Periódico de la Farmacia
Publicación de información sanitaria,  Nº 102
www.elperiodicodelafarmacia.com

Origen de la imagen:
mixbits.net

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