Émile Zola – Padre y representante del naturalismo literario

Émile Zola tomó parte activa en el ‘Affaire Dreyfus’, en virtud del cual su nombre, ya célebre en el mundo entero, acabó por equipararse al de otros ilustres antecesores suyos en la defensa de la Justicia, como es el caso de Voltaire o Víctor Hugo.

[Cultura – Literatura]

 

Émile Zola nace en París en 1840, hijo de un ingeniero de origen veneciano, François Zola, y de Émilie Aubert, Zola pasó su infancia y adolescencia en Aix-en-Provence, adonde su padre se había trasladado para llevar a la práctica el vasto proyecto de construcción de un canal destinado a proveer a dicha ciudad de agua potable.

Desgraciadamente, nada más iniciar los trabajos falleció dejando truncada su obra y, de paso, la vida de la joven esposa que, con veinticinco años, quedaba cargada de deudas y con su hijo, Émile, de apenas siete años.

Aquella muerte temprana habría de pesar como una losa tanto a la madre como al hijo durante muchísimos años. Para la viuda, la pérdida del marido suponía el inicio de un período desastroso en el que en vano trató de restablecer su situación financiera.

Para el pequeño, la huella de aquel saintsimoniano, amante del progreso y de la ciencia, iba a quedar grabada en su inconsciente como una referencia constante.

 

Sus estudios

A pesar de sus angustiosas penurias, Émilie no cejó en su voluntad de hacer estudiar a su pequeño hijo, quien ingresó en el internado de Notre-Dame, para pasar, a los doce años, como alumno becario, al Collège Bourbon, donde se distinguió como alumno ejemplar, recibiendo numerosos premios.

Allí tuvo como compañero a Paul Cézanne, con quien muy pronto entabló una sólida amistad que se iba a prolongar más de treinta años ininterrumpidos.

De por aquella época data el nacimiento de la vocación literaria de Zola. Los seis años en este centro fueron altamente beneficiosos. Una época feliz vivida con toda la vehemencia y el entusiasmo de su espíritu inquieto; felicidad a la que sin duda contribuyó su amistad con Cézanne, compañero de correrías por aquellas campiñas de Aix que tan relevante papel van a desempeñar en el universo zoliano.

 

Traslado a París

En 1858, la situación de los Zola se tornó tan precaria y agobiante que la viuda del ingeniero se trasladó a París en busca de mejores perspectivas económicas. En un principio, las cosas parecieron no irles mal.

Gracias a un antiguo amigo del padre, el joven Émile Zola consiguió una beca para cursar estudios en el liceo Saint-Louis, pero, minado por la nostalgia de Aix y de la Provenza, el adolescente apenas logró integrarse en su nuevo ambiente y terminó suspendiendo el bachillerato. Acabaron así sus estudios para disgusto de su madre.

Consigue, merced a la influencia de M. Labor, el antiguo amigo de su padre, un modesto empleo en la Dársena.

Allí, a costa de gran esfuerzo, es capaz de alternar el trabajo con lo que él considera su misión, y así escribe centenares de versos de inspiración romántica según el modelo de Alfred de Musset, su poeta favorito, y relatos de corte idealista, en la línea de George Sand, cuyas novelas lee sin cesar. Esa huella romántica será siempre perceptible en su obra.

 

Descubriendo París

Fue en esa época cuando, aun mostrándose replegado en el recuerdo idealizado y nostálgico de su pasado provenzal, poco a poco se deja fascinar por ese París nuevo que los trabajos de Haussmann metamorfosean sin cesar y por los enormes progresos llevados a cabo en todos los ámbitos.

Asimismo, se deja ganar por la efervescencia cultural, política y social que caracteriza los años 1850-1860. Entabla amistad con toda clase de artistas, en especial pintores.

Asiste a las ‘conferencias de la calle de la Paix’, organizadas por opositores al régimen. Se convierte en un lector asiduo del Siècle y sueña con emular a los grandes articulistas de la época.

Lee cuanto cae en sus manos; descubre, entre otros, a Michelet. En una palabra, Émile Zola, con veinte años recién cumplidos en 1860, pertenece de pleno derecho a esa generación que sintió, probablemente más que las restantes del siglo XIX, la impresión de asistir al nacimiento de algo nuevo. Por el momento no milita en ningún partido, pero sus simpatías están con los opositores al régimen.

 

La librería Hachette y Émile Zola

Un momento clave de su existencia acaeció en febrero de 1862 cuando, merced a un nuevo valedor, el doctor Boudet, miembro de la Academia de Medicina, entró a trabajar en la célebre librería y editorial Hachette.

Durante algunas semanas sus funciones se limitaron a hacer paquetes, hasta que un día se atrevió a hacer llegar a la mesa de su patrón un poema, y éste, halagado de tener un poeta entre sus empleados, aun cuando le aconsejó que abandonara la poesía, le propuso trasladarlo, con un aumento de sueldo, al servicio de publicidad, del que con el tiempo asumiría la dirección.

Los cuatro años pasados en Hachette fueron decisivos en su carrera, y ya no sólo por la particular idiosincrasia de la editorial –de declarado sesgo liberal y positivista–, o por el exhaustivo aprendizaje que supuso para él el hecho de ver funcionar desde dentro una gran empresa en plena expansión, sino también, y sobre todo, por las relaciones que le permitió entablar.

Gracias a su trabajo, Émile Zola tomó contacto con la flor y nata del pensamiento liberal y positivista: Taine, Littré, Émile Deschanel, Jules Simon, Sainte-Beuve y otros muchos autores de la casa, que le instruyen con sus consejos y a los que lee con avidez.

 

Sus primeras novelas

Decidido a ser escritor, con una voluntad de triunfo que todos sus biógrafos ponen de manifiesto, lo primero que hace es renunciar definitivamente a la poesía y optar por la novela.

La primera con la que se da a conocer, ‘La Confession de Claude’, inspirada en una antigua y desdichada experiencia pasional, data de 1865.

Viviendo a partir de entonces de su pluma, Émile Zola publica sucesivamente ‘Le Voeu d´une morte’ (1866), ‘Thérèse Raquin’ (1867) –punto de arranque de la estética naturalista y su primer gran éxito como novelista–, ‘Les Mystères de Marseille’ (1867) y ‘Madeleine Férat’ (1868).

Su elogio de los Goncourt, de Taine y de Courbet, en Mes Haines (1866), y de Manet, de Sisley, de Pisarro y de Monet, en Mes Salons (1866-1868), le proporciona una imagen de crítico de vanguardia.

Sus crónicas en los periódicos republicanos, desde mayo de 1868 al hundimiento del Imperio, van, por lo demás, del cuadro poético de los paisajes y costumbres de su tiempo a la polémica política virulenta.

 

Los años de gloria de Émile Zola

El comienzo de la década de los setenta habría de ser decisivo para él. El 30 de mayo de 1870 se casaba con Alexandrine Meley, e inmediatamente iniciaba la composición del ciclo de los ‘Rougon-Macquart’, que le iba a absorber durante cerca de un cuarto de siglo, desde 1871 a 1893.

Al tiempo que redactaba la crónica parlamentaria de La Cloche en 1871-1872, y centenares de artículos para Le Sémaphore de Marseille desde 1871 a 1877, daba a la luz sucesivamente ‘La Fortune des Rougon’ y ‘La Curée’ (1871), ‘Le Ventre de Paris’ (1873), ‘La Conquête de Plassans’ (1874), ‘La Faute de l´abbée Mouret’ (1875), ‘Son Excellence Eugène Rougon’ (1876) y ‘L´Assommoir’ (1877).

Fueron, más que nada, las audacias de esta última novela las que le aportaron un éxito no exento de escándalo. Poco a poco, Zola comienza a asumir el papel de líder indiscutible de una nueva tendencia novelística –el naturalismo– primero con novelas como ‘L´Assommoir’ y ‘Nana’ (1880), y después con con sus crónicas dramáticas y literarias del Bien public, del Voltaire y del Figaro, reunidas en 1881 y 1882 en cinco libros de crítica:

‘Le Roman expérimental’, ‘Les Romanciers naturalistes’, ‘Le Naturalisme au thêatre’, ‘Documents littéraires’ y ‘Une campagne’. Paralelamente, Émile Zola intentó consagrarse al teatro, aunque sin  éxito.

Estos años son los de mayor gloria de Zola. Las tiradas de sus novelas crecen sin cesar y los sucesivos volúmenes de los ‘Rougon-Macquart’ van apareciendo año a año: ‘Nana’ y ‘Pot-Bouille’ (1882), ‘Au bonheur des dames’ (1883), ‘La joie de vivre’ (1884), ‘Germinal’ (1885), ‘L´Oeuvre’ (1886), y ‘La Terre’ (1887).

 

Zola entra en crisis

Émile Zola - Padre y representante del naturalismo literario

A medida que se acerca, sin embargo, a los cuarenta, Émile Zola entra en crisis, una crisis provocada, además de por el peso de los años, por la muerte de sus íntimos (su madre, Flaubert, Duranty, Turguéniev y Manet), el distanciamiento literario de escritores que durante mucho tiempo fueron sus discípulos, como es el caso de Huysmans y Maupassant, y los ataques desaforados de los autores del ‘Manifiesto de los Cinco’ contra su novela ‘La Terre’ en 1887.

Haciendo gala una vez más de una energía fuera de los común, Zola conseguiría superar tan dura crisis, en especial a partir del momento en que conoce a Jeanne Rozerot, que se convertirá en su nueva compañera y con la que tendrá dos hijos.

La estabilidad le permitirá concluir brillantemente ‘Les Rougon-Macquart – Le Rêve’ (1888), ‘La Bête humaine’ (1890), ‘L´Argent’ (1891), ‘La Débâcle’ (1892) y ‘Le Docteur Pascal’ (1893)– y figurar en adelante como el maestro indiscutible de la gran novela de tradición realista después de Balzac, Stendhal y Flaubert.

 

La trilogía ‘Las Tres Ciudades’ (‘Les Trois Villes’)

Sin tomarse un respiro, y a pesar de haber superado los cincuenta, Zola acometió lo que habría de ser una trilogía: ‘Las Tres Ciudades’ (‘Les Trois Villes’), de corte más idealista y portadora de un mensaje social directo.

A tal fin realizó dos viajes por los Pirineos en 1891 y 1893. Y así, en 1894, publicaba la primera parte del tríptico, ‘Lourdes’, a la que seguirían, ‘Roma’, en 1896, y ‘París’, en 1898.

La tres novelas –independientes entre sí– seguían el itinerario espiritual de un héroe único, Pierre Froment, en quien pugnaban la sangre de un padre, ilustre químico, y la de una madre devota –imagen del combate que en ese final de siglo enfrentaba a la ciencia con la cada vez más patente renovación mística–.

Obra de denuncia, pero de corte más esperanzado que ‘Les Rougon-Macquart’, ‘Les Trois Villes’ marca el itinerario de la Humanidad hacia mayores cotas de progreso, verdad y felicidad.

 

El ‘Affaire Dreyfus’

En realidad este cambio de orientación de su obra de conviene enmarcarlo en su progresivo compromiso con la causa socialista. Fue precisamente esa misma inquietud la que le impulsó a tomar parte activa en el ‘Affaire Dreyfus’, en virtud del cual su nombre, ya célebre en el mundo entero, acabó por equipararse al de otros ilustres antecesores suyos en la defensa de la Justicia, como es el caso de Voltaire o Víctor Hugo.

El episodio central de esta defensa del capitán del Estado Mayor Alfred Dreyfus, de ascendencia judía, acusado, por razones de Estado, de espionaje a favor de Alemania y condenado a la deportación de por vida, fue el conocido artículo ‘J´accuse..!’ contra el presidente de la República, por el que Zola, a su vez, fue condenado a un año de prisión y 3000 francos de multa, lo que le obligó a exiliarse durante once meses en Inglaterra.

 

Sus últimas obras

De regreso a Francia, en junio de 1899, el escritor, luego de recoger en un volumen los artículos escritos en torno al ‘Affaire Dreyfus’, aparecidos bajo el título ‘La Vérité en marche’ (1901), de nuevo volvió a la novela.

Del sociólogo e historiador de las costumbres de ‘Les Rougon-Macquart’, Zola pasaba a erigirse en profeta de un mundo nuevo con una visión cercana al socialismo propugnado por Jean Jaurès.

Su nuevo ciclo novelesco se llamaría ahora ‘Les Quatre Évangiles’. El primer libro en ver la luz fue ‘Fécondité’ (1899), dos años más tarde, en 1901, daba a la estampa el segundo Evangelio, ‘Travail’, su tercer Evangelio, ‘Vérité’, concluido en 1902, fue publicado un año más tarde de manera póstuma tras la inesperada muerte de Zola el 29 de septiembre de 1902.

 

Su muerte

Como de costumbre, había pasado los meses de verano trabajando incansablemente en su finca de Médan. El 28 de septiembre, él y su esposa regresaron a París. Por la noche, como el tiempo estaba húmedo, el criado encendió el fuego de la alcoba de los esposos antes de que éstos se acostaran.

Pero la chimenea estaba obstruida y el carbón, a medio arder, inundó la estancia de monóxido de carbono. Zola intentó abrir la ventana, pero cayó desplomado, falleciendo al día siguiente. Su esposa, en cambio, logró recuperarse horas más tarde.

¿Accidente o atentado? De ser los segundo, nunca se logró probar, pero muchos creyeron, con razón, que la muerte pudo ser provocada como consecuencia de los odios desencadenados por el ‘Affaire Dreyfus’. Entre sus notas aparecieron los esbozos de lo que debería haber sido su cuarto Evangelio, ‘Justice’.

 

El entierro

El 5 de octubre se celebraron las exequias en medio del pueblo de París. Una compañía le rindió honores. La oración fúnebre de Anatole France, en el cementerio de Montmartre, le hizo justicia:

«Envidiémoslo –dijo, entre otras muchas cosas–; ha honrado a su patria y al mundo con una obra inmensa y con una gran acción. Envidiémoslo; su destino y su corazón le hicieron el favor más grande: Zola fue un momento de la conciencia humana.»

Entremezclados con la multitud, Jeanne y sus dos hijos, Denise y Jacques, vieron pasar junto a ellos, portado en hombros, el féretro del hombre que tanto los había amado y cuya voz llenó la mitad del siglo.

Algunos gritos hostiles se dejaron oír, inmediatamente contrarrestados por los de la delegación de mineros de Denain que, vestidos con el mono de trabajo, gritaron: «¡Germinal! ¡Germinal!». También estaba presente Dreyfus, que sería rehabilitado al poco tiempo. Seis años más tarde, en 1908, las cenizas de Zola eran trasladadas al Panteón, donde permanecen hoy.

 

 

Equipo Torrese
eMagazine 39ymas.com   

Fuente:
Sala Municipal de Exposiciones de San Benito
Fundación Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Valladolid

Origen de las imágenes:
biografiasyvidas.com
en.wikipedia.org – The Maison Dorée (1860)
Wikipedia – Librería Hachette, alrededor de 1880
Portadas libros
Parte de la página del diario Aurora: El Orden Mundial
elizabeth-cartasydiariosenelsilencio.blogspot.com – Émile Zola, Jeanne, Denise y Jacques

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Actualizado: 20-12-2023
3 – 21-09-2018

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