El Honor – Obligación del hombre a defender su honor y el de su familia
[En Masculino]
La importancia de la relación entre estructuras de prestigio y sistemas de género varía en cada sociedad según se asigne mayor o menor peso al criterio de diferenciación sexual.
En todas las sociedades, las mujeres y los hombres forman dos grupos con valores distintos, y en todas los hombres son los más importantes.
Para tener una idea de la importancia que se daba a la diferenciación sexual en la Europa mediterránea en el siglo XIX reproduzco el siguiente texto:
“El honor ocupa el vértice de la pirámide de los valores sociales temporales, y condiciona el orden jerárquico de esos valores. Al evaluar la conducta de una persona se tiene en cuenta su posición social, pero ninguna persona es aceptable, si está falta de los componentes del honor. La excelencia en esas cualidades es propia del tipo ideal de hombre en una sociedad determinada, su deficiencia lleva a la descalificación social. Conocer los juicios de valor concernientes al honor nos permite reconocer el carácter básico de la personalidad social.
Las distintas funciones dentro de la familia nuclear, definen modos de comportamiento honorables diferentes según el sexo. Así la vergüenza se considera propia de las mujeres. Un hombre que de muestras de timidez o rubor se convierte en objeto de ridículo, mientras que una mujer que intente usurpar la prerrogativa masculina de la autoridad o de la libertad sexual, pierde la vergüenza.
Según el código del honor en los países mediterráneos una conducta honorable obliga a un hombre a defender su honor y el de su familia, y a una mujer a defender su pureza y castidad. El ideal de hombre honorable se expresa en la palabra hombría, que incluye tanto la vergüenza como la masculinidad. La masculinidad significa valor, y el concepto se expresa en los atributos sexuales del hombre. Eso da justificación al uso que convierte al marido engañado, no al adúltero, en objeto de ridículo y oprobio. Un marido debe emplear su hombría sobre todo en la defensa del honor de su esposa, del que depende el suyo propio. En consecuencia, el adulterio de ella representa no sólo una violación de los derechos de él, sino también su fracaso en el cumplimiento de su deber.”
Estos mismos conceptos eran compartidos por el resto de países europeos en épocas anteriores a las del estudio realizado (el honor no tiene en Inglaterra el carácter legal que tiene en el derecho español, ni la palabra vergüenza tiene la misma fuerza ni extensión en inglés).
Europa había producido en el siglo XIX una renovación económica y social, con nuevos ideales, que permite a las mujeres ocuparse de otras actividades y ser reconocidas como individuos de pleno derecho. Una sociedad en la que el peso de la tradición y el conservadurismo es todavía muy fuerte, y donde a pesar de todo, los cambios sociales e ideológicos no han llegado a la mayor parte de la población. De hecho España se situaba a considerable distancia de la Europa industrializada, y si nos referimos a la mujer el desfase se amplía.
En España se inician estos cambios durante el primer tercio del siglo XX. Entre 1900 y 1930 descienden las tasas de natalidad, la industrialización ofrece nuevos puestos laborales a las mujeres y se rebajó el índice de analfabetismo.
Estos cambios aún siendo importantes afectaban a un sector muy pequeño de la población femenina, pero fueron suficientes para que surgiera una nueva forma de pensar a la mujer, de definir sus funciones como individuo y como integrante de una comunidad.
Angeles Castañeda
Textos citados:
– Pitt-Rivers, Julián
Antropología del honor o política de los sexos: la influencia del honor y el sexo en la vida de los pueblos mediterráneos / Julián Pitt-Rivers. Barcelona: Crítica,1979.
– Jornadas de Investigación Interdisciplinaria
Mujeres y hombres en la formación del pensamiento occidental / [ editoras, Cristina Sánchez et al.]
[Madrid]: Ediciones de la Universidad Autónoma de Madrid, D.L. 1989.
Página de origen de la imagen:
duelosyduelistas.blogspot.com
1 – 06-11-2002