Josefina Molina y la verdad de “Función de noche”
Por Marina Torné, periodista
En el homenaje ofrecido a Josefina Molina, Goya de Honor 2012, por la Academia de Cine de Catalunya, la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España y la Filmoteca de Catalunya, se ha proyectado su película Función de noche (1981).
La Función de Noche era por la tarde. Los cristales de La Filmoteca de Catalunya coloreaban la Plaza Salvador Seguí y le daban un aspecto irreal, mágico. Mientras esperaba que dieran las siete, pensé que quizás se trataba de eso. Se apagan las luces de la sala de proyección, se ilumina la pantalla y comienza la función. De noche o de día, ya en la butaca, el caleidoscopio de emociones se pone en marcha. Es el cine. El buen cine.
P. Josefina, durante la presentación, se ha percibido mucho corazón en la sala.
R. «Han sido muy entrañables conmigo, me han dado mucho calor y eso se agradece muchísimo».
P. Con «Función de Noche» hemos reído pero también hemos casi, casi llorado.
R. «Función de Noche yo creo que es «la verdad». Tiene un punto de verdad. Al principio ellos hablan, y son conscientes de que son actores, naturalmente, y que están haciendo una película, pero a medida que va avanzando la conversación ya son dos seres humanos que se quieren comunicar pero que tienen grandes problemas para hacerlo. Han vivido cosas que les han dañado mucho».
P. Después de casi 17 años de separación y todavía hay cosas que dañan…
R. Claro, y es una cosa muy curiosa porque ellos deberían de haber tenido esa conversación quince años antes. Igual hubieran podido arreglar su relación.
P. Usted antes menciono la palabra «verdad». ¿Un poco de acuerdo con aquello que decía Serrat: «Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio»?
R. Sí, sí. En este caso no hay remedio. Era imposible. Daniel, en la película, podría haber adoptado una postura cercana a la de Lola, sin embargo él adopta el rol de protector.
P. Él le toca la cabeza, le dice que coma, le mesa los cabellos…
R. Sí, sí, es curioso y sin embargo, es una persona muy dañada también por la educación. Hablamos de la educación que recibieron las mujeres en un momento de la historia determinado, pero ¡fíjate también en el tipo de educación que recibieron los hombres! El también es prisionero de su rol de fuerte, de protector y sin embargo lo hubiese podido abandonar, sincerarse…
P. A mí me ha dado la sensación de que él es mucho más «básico», más simple. Lola es más compleja, un torrente de fuerza, «el alma», incluso ella (Carmen Sotillo), dice que los hombres no se dan cuenta pero que nosotras somos muy complicadas…
R. Daniel es un hombre de una generación determinada: hombres que no podían llorar, que no podían ser sensibles, tenían que ser fuertes, poderosos… Por todo ello, la vida de Daniel era una vida complicada. Hijo de un actor muy importante, hijo de Manuel Dicenta, un mito. El quería ser un actor distinto al padre, pero el padre era la referencia y en cierta medida, un poco castrador. Luego hubo el suicidio de su madre, que lo menciona en la película. Todo ello es muy complejo, terrible. El apartó todo esto para no mostrar su lado sensible. Si él hubiera podido «aflojarse», relajarse, hablar con ella, se hubiera establecido, sin duda, otro tipo de relación. Pero no sucedió.
Todas las fotografías: ©2012 Marisa Ferrer P.
P. ¿En algún momento, tras la cámara, los ojos se le humedecieron por la emoción, por la tensión de la escena?
R. Lo que sentí fue una cosa muy terrible. En un punto de la conversación, cuando ya llevábamos más de una hora grabando, de repente percibí… la conversación sólo la oía yo y teníamos un pacto con ellos que, si una vez montada la escena, yo no corté nunca nada excepto las repeticiones, si ellos no querían que trascendiera algo, el productor, Sámano, se comprometía a destruir el material. Esto es muy insólito en un productor español. Decía, pues, que llegó un momento en que sentí la angustia que tenían ellos. Me transmitieron una gran angustia, de tal forma que yo corté el rodaje porque me pareció inhumano, cruel, tenerlos en una situación de bloqueo… habían llegado a una situación de bloqueo y de angustia terribles. Les había provocado remover unas vivencias del pasado que habían vuelto a caer sobre ellos como una losa y sentí, más que pena, angustia. Entonces corté el rodaje.
P. Función de Noche me recuerda un «exorcismo» de pareja al estilo de Quién teme a Virginia Wolf o Secretos de un Matrimonio.
R. Sí. En España eso no se había hecho porque nuestra educación no nos lo permitía. Nosotras habíamos sido educadas para ser sometidas, para vivir hipócritamente, para mentir, para conseguir solapadamente nuestros objetivos…
P. ¿Cinco horas con Mario es una obra tan potente que es capaz incluso, en este caso en Lola Herrera, de arrancarle todo el torrente de sentimientos que la pareja expresa en la película?
R. Yo creo que le pilló a Lola en un momento de hacer balance de su vida, un momento en que tiene un pasado consistente cuando todavía le queda media vida por vivir. En la obra de teatro hace un balance de vida con un ser que ya no existía. Todo eso le removió quizás unos sentimientos determinados ya que se encontraba en un punto crítico, esas crisis de edad que a veces se nos plantean.
P. La vigencia de la película, en muchos aspectos sigue viva.
R. El paso que dio Lola quizás no todas las mujeres son capaces de darlo. El paso que dio ella fue como una terapia. Ella utilizó la sinceridad para sacarse de encima sus obsesiones.
P. Sacarse un muerto de encima.
R. Sí, pero hubo mujeres de nuestra generación que no lo hicieron.
P. Goya de Honor en el 2012 y también Hija Predilecta de Andalucía…
R. Todas las cosas que tienen que ver con el sitio donde has nacido son emocionantes. De repente vienen a tu mente imágenes de tu infancia, la gente de tu infancia, olores, sabores…
P. Proyectos…
R. Escribo. Hago lo que me interesa pero no tengo un plazo para ello porque sino me agobia. Trabajo siguiendo un camino que me interesa para experimentar o en lo que me hace sentir curiosidad, que es lo que no se ha de perder nunca a mi edad, la curiosidad.
Lola Herrera dice al final de la cinta: «Mañana tengo muchas cosas que hacer». Todavía impactada por ciertos momentos deFunción de noche, pienso que a pesar de todo, la última reflexión de Lola es realmente optimista. Mucho más que la de Scarllet O’Hara: «Después de todo, mañana será otro día».
Ver: Homenaje a la cineasta Josefina Molina – Goya de Honor 2012
marina.torne@gmail.com
Barcelona, 05-06-2012