La entrevista de trabajo – Claves, actitud y formas de responder
Durante la entrevista de trabajo hay que demostrar que se reúnen las características adecuadas para ocupar el puesto al que se aspira. Ser capaz de ‘venderse’ a sí mismo, mostrando todo lo bueno que se tiene.
La entrevista de trabajo es la fase del proceso de selección donde el entrevistador o entrevistadora analiza a fondo al candidato para comprobar su idoneidad para el puesto ofertado.
Quien aspire al empleo tendrá que aprovechar la oportunidad para que quien le entreviste vea que es la persona idónea para el puesto. Seguidamente ofrecemos algunas claves para enfrentarse adecuadamente a una entrevista de trabajo
Antes de la entrevista
> Recabar información sobre la empresa y el puesto de trabajo que pretende ocupar.
> Reflexionar acerca de las características que ha de tener la persona que lo ocupe, porque esa es la imagen que se debe dar.
> Durante la entrevista hay que demostrar que se reúnen las características adecuadas para ocupar el puesto al que se aspira.
Hay que ser capaz de ‘venderse’ a sí mismo, mostrando todo lo bueno que se tiene. No hay que limitarse a los aspectos meramente técnicos, sino que se ha detener también en los personales.
Por ello, conviene llevar preparada la siguiente pregunta: ¿cuáles son sus puntos fuertes y sus puntos débiles?, pues es una de los interrogantes que se repite en casi todas las entrevistas.
> Adaptar la imagen (forma de vestir, peinado, etcétera) a las exigencias del mercado laboral o a ese puesto de trabajo concreto que desea conseguir.
> Procurar dormir bien la noche anterior para poder afrontar la entrevista con mayor entereza.
> Intentar estar tranquil@ y confiar en uno mismo. Hay que pensar que si han llamado para una primera entrevista es porque de antemano el perfil les interesa. Además, si no se tiene confianza es imposible transmitirla a alguien.
> Si la entrevista se concierta por teléfono no olvidar apuntar el nombre de la persona que la va a realizar. Así se sabrá por quién hay que preguntar y el entrevistad@ podrá dirigirse a ella por su nombre.
> Preparar una lista mental con las cosas que son necesarias saber acerca del puesto de trabajo. Llegará un momento en el que el entrevistador/a dará la oportunidad de preguntar.
Durante la entrevista
> Ser puntual. Es conveniente que incluso llegar unos diez minutos antes de la hora fijada para adaptarse al lugar y tener tiempo de serenarse.
> Cuidado con los nervios. Aunque un cierto nerviosismo es normal, los nervios son el reflejo de nuestra inseguridad, nos traicionan, nos bloquean y no nos dejan dar la imagen que deseamos.
> Caminar con confianza y extender la mano al saludar.
> No sentarse hasta que el entrevistador lo indique.
> No masticar chicle.
> Colocar las pertenencias a un lado o en el suelo, pero nunca sobre el escritorio del entrevistador/a, al menos sin pedir permiso previamente.
> Evitar actitudes tales como morderse los labios o mover bruscamente y de forma repetida las extremidades. Y aunque su actitud ha de ser amistosa y educada, nunca ha de ser despreocupada.
> Al hablar, mirar a los ojos, así da la impresión de tener seguridad en uno mismo, y tener cuidado con las muletillas.
> Actuar de forma natural y no esforzarse por aparentar ser alguien que no se es, pues es muy difícil que resulte creíble.
> Pensar antes de contestar y responder clara y brevemente.
> No mostrar reparos para hablar de uno mismo. Decir siempre la verdad aunque se puede enfatizar al hablar de la formación, experiencia y resultados de los trabajos que se han hecho.
> No usar palabras rebuscadas, no responder con evasivas o dudas, e intentar no utilizar expresiones tajantes como ‘siempre, nunca’, ni utilizar latiguillos: ‘o sea’, ‘este’, ‘bueno’… Ser honesto.
> No negarse a responder preguntas y si hay algo que no se puede contestar en el momento, decirlo claramente, ya que si el entrevistador/a percibe que se está intentado esconder información se perderá credibilidad.
> Mostrar interés por el puesto de trabajo. Quien se tiene delante ha de entender que es algo que uno va a hacer con gusto y que tiene la motivación suficiente.
> Mostrar entusiasmo por el trabajo, pero nada de suplicar y no hablar mal de las empresas en las que se ha trabajado.
> Escuchar las preguntas y dar respuestas claras y concisas, sin divagar ni titubear. En ningún caso, tratar de monopolizar la conversación.
> Cuando el entrevistador/a dé la oportunidad, hacer las preguntas que se considere oportuno sobre el puesto y la empresa.
> Si hacen preguntas de tipo cómo: si se va de viaje con el novio/a ¿piden una o dos habitaciones?, responder que se cree que ese asunto es irrelevante para deducir la idoneidad para el puesto al que se opta. Decirlo con seriedad pero no con agresividad. Estas preguntas valoran el control emocional.
> Al finalizar, estrechar nuevamente la mano y agradecer el tiempo dedicado. Es el momento propicio para preguntar cuándo van a comunicar la decisión que hayan tomado.
Después de la entrevista
> Una vez terminada la entrevista, evaluarla. Para ello, resaltar los puntos positivos y los negativos, apuntar los aspectos que hay que mejorar en sucesivas entrevistas y guardar el nombre de la empresa y de la persona que hizo la entrevista y la fecha en la que se realizó.
Y si es el hijo quién ha de hacer la entrevista…
> Darle ánimos e inspirarle confianza en sí mismo, la va a necesitar.
> Si necesita ayuda, orientarle a la hora de analizar sus puntos fuertes y débiles.
> Tratar de quitar presión. Ya está él lo bastante nervioso como para que se le añada más tensión.
> Cuando vuelva de la entrevista, escucharle. Necesita desahogarse y analizar la situación.
> No reprocharle nada. Lo mejor es que aprenda de sus errores.
> Y si no es el escogido, evitar utilizar frases que den una percepción de fracaso. Hay más empresas y más oportunidades.
Equipo Torrese
eMagazine 39ymas.com
Origen de la imagen:
freepik.es – prostooleh
Ver:
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Actualizado: 15-11-2023
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1 P. 08-03-2009