Ninfa o Sirena – La leyenda del secreto del lago
Están convencidos de que una ninfa del lago emerge de su morada submarina para saludar al sol en su ocaso y dar la bienvenida a la luna; aunque eso no sucede cada día
[Relatos]
Se dice que en la umbría ribera del lago se esconde un secreto. Muchos de los lugareños murmuran cuando anochece. Algunos de ellos afirman haber oído un canto femenino de extraordinaria belleza cuando atraviesan el bosque en las tinieblas del atardecer, de camino a sus hogares después de una larga jornada de trabajo.
Están convencidos de que una ninfa del lago emerge de su morada submarina para saludar al sol en su ocaso y dar la bienvenida a la luna; aunque eso no sucede cada día… ¿por qué? Nadie sabe dar una respuesta.
Es tal el revuelo, que el alcalde ha convocado una reunión con los vecinos. Nadie sabe nada con certeza. Sólo que en la hora del crepúsculo algo perturba la paz del lugar. ¿Perturba? -¡No!- contradice con firmeza el organista; -son melodías apasionadas, melancólicas o tristes, pero que cautivan el corazón de quien las escucha-.
Los ancianos no recuerdan nada parecido. Las autoridades no tienen delito que castigar. El escéptico maestro lo atribuye a la imaginación o al cansancio. El boticario prepara pócimas. El párroco, reza. El desconcierto flota en el ambiente.
Niñas, sirenas…
Tampoco hay acuerdo en la apariencia de la dama puesto que, aunque nadie se ha atrevido a acercarse; desde lejos algunos elegidos han podido vislumbrar una silueta, cuyo perfil difiere según quien habla. Unos dicen que luce un gran lazo atado atrás a la altura del talle y un tocado redondeado del que sobresalen hirsutas agujas…
Un bel di vedremo… otros, que viste una túnica y su pelo es negro, liso y brillante… Oh patria mia… mai più ti rivedro… hay quien habla de una túnica oriental de las mil y una noches… In questa reggia…
-O sea, que no es una ninfa, serán varias…- comentan entre ellos los asistentes.
-¿Y si son sirenas?-, apunta alguien -sirenas que por algún encantamiento han perdido su camino a casa…
-¿Sirenas en un lago? ¡Imposible!- Replica la peluquera- Nunca he oído hablar de sirenas lacustres, siempre son marinas.
Montar guardia en el bosque
Todo el mundo le da la razón; ella es una profesional muy particular, gran conocedora de la historia y leyendas de la región que, como antes hicieron su madre y su abuela, entretiene a su clientela con sus interesantes relatos. Y si dice que en los lagos no hay sirenas, es que no las hay.
Los argumentos se acaban, los razonamientos se distorsionan, la paciencia se agota y nadie da con una explicación coherente. Al final se llega a un acuerdo; los más osados montarán guardia en el bosque.
Pero la diosa fortuna es esquiva y después de varios días de intensa vigilancia, nadie ha visto ni sirena ni ninfa, ni oído nada. La segunda reunión se presenta como la primera: confusión total, aunque hay una diferencia: quienes hablaron de sus experiencias en el bosque son objeto de miradas cuando menos burlonas y se oyen palabras sueltas… la taberna de cio Pepone… ojos brillantes… nariz enrojecida… igual que su padre… ya me parecía a mí… Fin.
Fin de la reunión
Rostros sonrientes y posturas distendidas, la reunión se disuelve y todos a sus casas. Aparecen los comentarios chuscos dedicados a los pobres visionarios, que son los únicos que no participan de la algarada. E insisten, en el bosque ha pasado algo.
Amanece. Mariangela sale de su casa cargada con una bolsa para ropa. Antes de ir al trabajo pasará por la tintorería para que le limpien los trajes que deberá usar en la inminente temporada de ópera.
Esta vez, sus interpretaciones serán perfectas, pues para algo se ha pasado las últimas semanas en su casa del lago ensayando en pleno bosque y así evitar las quejas de sus vecinos.
Ya podrán respirar, al menos hasta la próxima temporada. Y a ver si alguien le explica por qué la noche anterior, cuando llegó, estaban todos los vecinos como de fiesta en la plaza del pueblo, lanzando puyas a unos cuantos que permanecían apartados y con actitud de caballeros andantes en espera de una reparación por la ofensa recibida…
© Marisa Ferrer P.
eMagazine 39ymas.com
Páginas de origen de las imágenes:
hablemosdemitologias.com
leyendas.blogspot.com/2010/10/ninfas.html
galeriartica.blogspot.com/2011/02/ninfas-hadas-de-las-fuentes.html
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