El Proceso de Nüremberg – Archivo Kaplan – II

A pesar de sus notables carencias, el Proceso de Nüremberg tuvo logros innegables que consagraron importantes hitos

[Cultura – Historia] 

 

El Proceso de Nüremberg y las objeciones (continuación)

Los vencedores y sus crímenes de guerra 

 ‘Last but not least’, los vencedores eran culpables también de horrendos crímenes de guerra. En algunos casos, esos crímenes de guerra derivaban de la difícil aplicación de algunas normas.

Una de ellas, la que establece el socorro a los náufragos enemigos, un socorro cuya práctica imposibilidad por parte de los submarinos atacantes no sólo habían señalado los mandos de la Kriegsmarine de Hitler – acusados por ello en Nüremberg – sino también el almirante norteamericano Chester Nimitz en el curso de la Guerra del Pacífico

En otros, sin embargo, partían de una cosmovisión totalitaria o de la ausencia de barreras morales en lo que a la utilización de armamento se refería.

En relación con el primer caso, hay que recordar que fueron fuerzas soviéticas – y no nacionalsocialistas como pretendía la propaganda comunista – las que perpetraron las matanzas de Katyn.

Ello, de acuerdo con un modelo de exterminio genocida practicado por los comunistas y ya utilizado durante la Guerra Civil Rusa y posteriormente en Paracuellos durante la Guerra Civil Española.

El Ejército Rojo

Respecto al segundo, no pueden olvidarse las terribles atrocidades cometidas por el Ejército Rojo contra la población civil alemana:

Los fusilamientos de prisioneros de guerra alemanes sin juicio ni garantía o los espantosos bombardeos sobre poblaciones civiles alemanas como el padecido por Dresde. 

Que la nación que había honrado al temible ‘Bomber Harris’ acusara a la Luftwaffe alemana constituía, lamentablemente, un ejemplo terrible de doble vara de medir.

No puede negarse que el Proceso de Nüremberg fue justo en sus pretensiones, en la articulación de su doctrina jurídica y en sus condenas, pero no todo fueron luces.

De hecho, siempre se le podrá reprochar el no haber sentado en el banquillo a todos los criminales, y el que las naciones que juzgaron no estuvieran exentas de culpas similares a las de algunas de sus acusaciones más importantes.

También el que acabara otorgando un halo de falsa legitimidad a un régimen como el comunista.

 

Las lecciones del Proceso de Nüremberg 

A pesar de sus notables carencias, el Proceso de Nüremberg tuvo logros innegables que consagraron importantes hitos por más que sus consecuencias no se hayan extraído de manera práctica y total a día de hoy. 

El primero es el reconocimiento fáctico de la existencia de una serie de normas morales que van más allá del derecho meramente positivo y cuya vigencia y aplicabilidad no pueden ser orilladas sin grave peligro para la comunidad internacional.

El segundo es la negación de la inimputabilidad de crímenes de carácter especialmente grave y horrendo por más que se apelara al carácter reclutado de los ejecutores o al deber de obediencia.

En tercer lugar es la necesidad de un organismo internacional que juzgue a los criminales y que nunca – a diferencia de lo sucedido en Nüremberg – puede estar compuesto por jueces que pertenecen a sistemas dictatoriales o totalitarios en cuyo seno se cometen atrocidades similares. 

En el camino hacia el reconocimiento de una justicia universal – situada por encima de formulaciones concretas de carácter social, político o religioso, o de una normativa desvinculada de unas normas morales superiores que trascienden del mero positivismo, el Proceso de Nüremberg, fue un gran paso, pero ni mucho menos constituyó la llegada a la meta definitiva.

Ésa es una tarea que aún se extiende, desafiante y necesaria, ante nosotros.    

 

Nüremberg: la ciudad como testigo

La ciudad de Nüremberg – en alemán, Nürnberg – tendría una importancia especial para el nacional-socialismo alemán por encima incluso de la de Berlín, capital del Reich, o Linz, ciudad natal de Hitler. 

Sin embargo, su relevancia para la Historia de Alemania no se inició con el nacional-socialismo. Situada en el sur de la Alemania central, a orillas del río Pegnitz, su cercanía con el Danubio y el Main ayudarían a su desarrollo. 

Castillo del Duque de Faber-Castell, donde se alojaban los corresponsales de prensa.                         Palacio de Justicia   

La ciudad de Nüremberg

Las primeras referencias que tenemos de la ciudad se remontan al año 1050. En 1219, obtuvo el estatuto de ciudad libre imperial y en 1356, se convirtió en la capital del Sacro Imperio, un hecho que no escapó a los nacional-socialistas.

Durante la Baja Edad Media y el inicio de la Moderna, la ciudad disfrutó de un periodo de esplendor comercial que se tradujo en una extraordinaria producción artística. 

Escultores como Veit Stoss, broncistas como Peter Fischer, y pintores como Michael Wolgemut y, en especial, Alberto Durero, son sólo algunas muestras de esa riqueza cultural.

Eso por no mencionar al astrónomo Regiomontano, natural de la ciudad, que trazó la carta de navegación que Colón llevó en su segundo viaje a América.

En 1806 la ciudad pasó a ser una posesión de Baviera, y en 1835 se convirtió en la terminal de la primera línea férrea alemana.

El simbolismo de Nüremberg

En buena medida, Nüremberg simbolizaba la cosmovisión del nacional-socialismo. Podía ser presentada como ciudad alemana e imperial, como emporio cultural y artístico, como foco de desarrollo y progreso.

Por si fuera poco, a su carácter imperial se sumaba el de ser escenario de una de las obras wagnerianas preferidas por Hitler, ‘Los maestros cantores de Nüremberg’.

En esta ópera, el noble y laborioso pueblo alemán expulsaba de su seno a un personaje que simbolizaba al judío. Se trataba, pues, de un argumento muy cercano a las pretensiones y a la propaganda del nacional-socialismo.

No resulta, por lo tanto, sorprendente que entre 1933 y 1938 el NSDAP (Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán) celebrara en la ciudad sus convenciones anuales, ni tampoco que durante una de ellas – la de 1935 – el partido aprobara las leyes de Nüremberg, que despojaban a los judíos alemanes de sus derechos.

Tampoco resulta sorprendente que la película emblemática del nacional-socialismo, ‘El triunfo de la voluntad’ de Leni Riefenstahl, tuviera como escenario esta urbe.

Esta circunstancia – unida al estado de la ciudad de Berlín – explica más que sobradamente que se eligiera Nüremberg como el lugar en que debían ser juzgados por sus crímenes los jerarcas nacional-socialistas.

 

 

Proceso de Nüremberg – Archivo Kaplan – I 
Los crímenes en el Proceso de Nürenberg – El archivo Kaplan 

 

Fuente:
Sala Municipal de Exposiciones del Teatro Calderón, Valladolid (España)
En agosto de 2007 se mostró en la Sala la exposición de los fondos pertenecientes a la Fundación José María Castañé, comisariada por César Vidal.
Sala Municipal de Exposiciones del Teatro Calderón

Páginas de origen de las imágenes:
notasperiodismopopular.com.ar
Jot Down
Wikipedia
Holocaust Encliclopedia

Ver:

> Proceso de Nüremberg – Archivo Kaplan – I 
> Los crímenes en el Proceso de Nüremberg
> Leni Riefenstahl – La estética del poder y Hitler 

> Henryk Ross – Fotógrafo de los horrores del nazismo 
> Nancy Wake – Gran heroína de la Segunda Guerra Mundial 
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