Represión en Honduras

Arrestada la locutora de Radio Libertad Agustina Flores

Mientras transmitía al aire su reportaje de la mañana, Agustina Flores, de Radio Libertad, fue salvajemente golpeada e ilegalmente detenida por las fuerzas represivas del gobierno de facto de Roberto Michelleti en Honduras.

Según la información del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), aún en su detención ocurrida el pasado 22 de septiembre, Flores facilitó los nombres de cinco personas más que se encontraban detenidas con ella.

Su hermana Bertha Cáceres, dirigente nacional del COPINH, señaló en una entrevista que desde la cárcel la periodista se ha ocupado de proteger a sus compañeros de celda difundiendo sus nombres. 

Flores es una mujer de 50 años, con un master en educación, que sufre del síndrome de Sjögren con una necesidad permanente de medicamentos que no tiene, por lo que sufrió una hemorragia de médula, relató Cáceres.

Anteriormente había transmitido en vivo la represión de agosto en El Paraíso, en el que se testimonió las agresiones que sufrieron los manifestantes y como corresponsal ha dado repetidas muestras de objetividad y coraje, señala la información.

Se le acusa de sedición, daños mayores, un supuesto ataque y lesiones a las mujeres policías que la agredieron aunque en un video consta la detención brutal de la que fue víctima y la golpiza que le propinaron las agentes.

Cáceres ha presentado una denuncia para la liberación de Agustina Flores.

Karen Cepeda, Cerigua (Honduras), 26-09-2009

La resistencia hondureña, con cuerpo de mujer

A 91 días de represión y resistencia, la lucha del pueblo hondureño sigue en pie por la restitución de la democracia y el orden constitucional. Miles de personas provenientes de todos los departamentos del país se suman a las actividades de la resistencia, desafiando el toque de queda, los retenes militares y logrando burlar las medidas impuestas por el Gobierno de facto.

La represión militar utilizó armas sónicas contra la marcha de la resistencia, además de armas químicas que son  aparentemente conocidas como estrategia HSS (Hyper Somic Sound). Esta fue utilizada por el ejército estadounidense en Irak a partir del año 2004, y por el ejército sionista israelita en el año 2005 en la franja de Gaza.
Según un comunicado de la Organización Fraternal Negra de Honduras (OFRANEH): “En el caso de la HSS y del VMAD (Vehicle-Mounted Active Denial System) forman parte del nuevo arsenal de los Estados Unidos, y son consideradas armas «no letales», no obstante en  cuanto a lo de no letales, varía en la graduación del efecto que les quiera dar su operador. La HSS puede llegar a hacer sentir voces a las personas que son consideradas como objetivos, además de inducir vómitos y desmayos. La VMADS produce una sensación de quemadura en la piel, mientras se está bajo la onda electromagnética que emana dicha arma” .
        
Esta mañana, en horas de la madrugada,  fuentes de Radio Liberada nos informan que Wendy Elizabeth Avila es la primera persona fallecida como consecuencia de los ataques de las bombas de cianuro de hidrógeno lanzadas ayer contra la Embajada de Brasil. Wendy es velada por su familia y compañeras/os en la colonia Flor del Campo. Mientras los militares y miembros de la policía nacional siguen cateando casas en las colonias Villa Nueva, El Pedregal, San Miguel entre otras, deteniendo a jóvenes, mujeres y hombres que son considerados “sospechosos de vandalismo y sedición”.

Entre las acciones de represión llevadas a cabo el día 26 de septiembre se encuentran el cateo y amenaza de cierre de la Red de Desarrollo sostenible (RDS), organismo con más de 15 años de trabajo, que transmite importante información de la resistencia a nivel nacional e internacional, la presencia permanente de la policía en los hospitales públicos llevando detenidas a personas heridas, identificadas como integrantes de la resistencia. En horas de la tarde se lanzó una bomba lacrimógena al interior del COFADEH (Comité de Familiares de Desaparecidos en Honduras), uno de los pocos organismo donde se atienden las denuncias de violaciones a los derechos humanos en este régimen de facto.

A las 10:00 pm del sábado 26 en cadena nacional, se difundió el comunicado en el que el gobierno de facto da un plazo de 10 días al gobierno de Brasil para que defina la calidad en la que se ha acogido al Presidente Manuel Zelaya, prohibiéndose la entrada a Honduras de los embajadores de Brasil, México, España, Argentina, y dando un ultimátum a todas la representaciones diplomáticas quienes deberán presentar sus credenciales ante el régimen golpista, de lo contrario, devolver beneficios diplomáticos.

Por otro lado, las mujeres y feministas en resistencia siguen siendo el blanco de amenazas y violaciones a los derechos humanos, como el ataque y allanamiento de la casa de la diputada Silvia Ayala, militante activa de la resistencia en San Pedro Sula y las amenazas a muerte que reciben jóvenes de feministas en resistencia por medio de mensajes y llamadas a sus teléfonos celulares. Indyra, Claudia y Daysi de feministas en resistencia denunciaron acciones para que no se transmitieran los programas radiales del Centro de Derechos de Mujeres y del Centro de Estudios de la Mujer-Honduras, en un acto más de violación a la libertad de expresión.

Como colofón de estas acciones la policía también irrumpió en horas de la tarde en el centro de acopio de la resistencia, llevándose la comida que se usa para alimentar a las personas que se encuentran en las manifestaciones pacíficas. En este ataque, la compañera Fredesbinda Fúnez, responsable del centro,  denunció que ella y otras compañeras fueron golpeadas con toletes, con impactos tan fuertes que les impedía respirar y que les fueron decomisadas sus cédulas de identidad.

Mientras seguimos esperando la resolución de la ONU y la presencia activa de los demás países del mundo en la solución de este conflicto, el Presidente Zelaya sigue llamando a la resistencia a concentrarse en las calles de la ciudad capital, la lucha sigue en los barrios, en los hospitales, en las calles. El mensaje de este llamado va más allá de la restitución del Presidente, es una convocatoria  a resistir contra las barbaries del ejército, contra las violaciones a los derechos humanos y a exigir la instalación de una Asamblea Nacional Constituyente donde se encuentren plasmados los derechos de las mujeres,  de los pueblos indígenas y afro-descendientes, de los obreros y obreras de maquilas y fábricas, de los maestros y maestras, de los patronatos y organizaciones campesinas, sindicales, obreras, de los derechos de las personas con discapacidad, de la tercera edad, de las organizaciones gay y lésbicas, que han formado el cuerpo de esta resistencia nacional que ahora se perfila como un cuerpo de múltiples caras y colores, como un gran cuerpo de mujer que alimenta, resiste y pare cada día nuevas esperanzas.