‘Saint Laurent, chico malo’ – Marie-Dominique Lelièvre autora de la biografía no autorizada del modisto
[Barcelona Eventos / Cultura – Literatura]
Instituto Francés, Barcelona
Presentación de ‘Saint Laurent, chico malo’ de Marie-Dominique Lelièvre
4 de junio de 2018
Martín Torres, director de la editorial Superflua, presenta, coincidiendo con el décimo aniversario de la muerte del diseñador Yves Saint Laurent, la biografía no autorizada del diseñador escrita por la periodista Marie-Dominique Lelièvrede, colaboradora de los diarios ‘L’Express’ y ‘Libération’ y que ha escrito, entre otras, las biografías de Serge Gainsbourg y François Sagan.
‘Saint Laurent, chico malo’, traducida por Nuria Giménez Lorang, es la primera biografia del modisto que se publica en España. Su autora, que tuvo que vencer el veto que Pierre Bergé (cofundador del emporio Yves Saint Laurent Couture House) impuso en su entorno, logra realizar un retrato muy equilibrado del modisto.
“Creo que la narrativa de moda merece un hueco. Faltan relatos de moda escritos desde un punto de vista periodístico y ameno”, afirma Torres.
La nueva editorial se estrena con un clásico que empieza hablando del ceremonioso entierro de Saint Laurent (Orán, Argelia, agosto 1936 – París, Francia, junio 2008), el ‘pied-noir’ que dijo que algún día vería escrito su nombre en los Campos Elíseos.
Encontramos en esta biografía la historia de un gran creador que con sus diseños dio a la mujer de la segunda mitad del siglo XX, mujer activa, audaz e independiente, un toque moderno, elegante, cómodo y fuera de las líneas clásicas que imperaban.
Lelièvre ha hablado de su libro con el escritor Jorge de Cominges que ha recordado los principios del modisto en la casa Dior (1958), cuando fue despedido de la misma y cuando el diseñador, de origen argelino, presentó su colección de otoño-invierno en 1965 en la que brilló con luz propia el diseño bautizado como ‘Mondrian’, una prenda que encantó al público de la década de los 60 y llegó a ser un símbolo de esta época. Un diseño inspirado en la obra del pintor holandés Piet Mondrian, quien jugaba en sus cuadros con la abstracción geométrica y fue precursor del movimiento neoplástico.
Según la autora, buscó un hilo conductor entre las mujeres que influenciaron al diseñador: su madre, sus hermanas, su amiga Simone y sus musas:
La actriz Catherine Deneuve, la modelo, que primero lo fue de Dior, Victoire Doutreleau; Betty Catroux, también modelo; Loulou de la Falaise, la actriz y cantante Sylvie Vartan, la empresaria y diseñadora de moda Paloma Picasso y las modelos Marina Schiano y Mounia.
Las entrevistas que hizo Lelièvre para poder realizar esta biografía fueron difíciles. “Pierre Bergé, que está omnipresente en el libro y fue el compañero oficial de Yves, no quería que yo hablara. Él fue el artífice de una colosal fortuna amasada en varios decenios. Empezaron con muy poco. Bergé, para sacar la primera colección de Yves, vendió su piso, alquiló un pisito de dos habitaciones, contrató a dos costureras, a una agregada de prensa, compró tejidos… a un mes del desfile, no tenían para pagar”, explica Marie-Dominique.
Bergé encontró financiación en un americano de Atlanta. Luego vino el prêt-à-porter, las tiendas de la ribera izquierda del Sena, los perfumes, especialmente ‘Opium’ (1977)…
“Yves diseñó en 1966 los primeros esmoquins para mujer, demostrando que una prenda masculina puede feminizarse con el entalle correcto. Muchas actrices de la época lucieron sus esmoquins y lo conservaron como preciado fondo de armario. Sus blusas transparentes fueron un clásico”, ha dicho Lelièvre.
Otra de sus piezas icónicas fue la sahariana de la que se han hecho miles de versiones y representaciones. Es una prenda que el diseñador presentó por primera vez en 1967 en la colección ‘Bambara’. De algodón y en color beige con un escote encorsetado de escándalo y cuatro grandes bolsillos, la chaqueta se popularizó rápidamente por su carácter sexy y su inspiración en la sabana africana.
Después vino el mono, una prenda que unía en una sola pieza un top y un pantalón, “se dice que es la revisión de Saint Laurent del clásico esmoquin. Es una prenda cómoda y al mismo tiempo sensual que representa la intención del modisto por crear modelos que no encasillaran a la mujer en la moda tradicional”, comenta la autora.
Cominges incide en que “a Saint Laurent le gustaba la pintura y lo reflejó en sus diseños homenajeando a: Piet Mondrian (1965), Braque (1970) o Picasso (1988). Él fue el primer diseñador que expuso su obra en un museo: en el Metropolitan Museum de Nueva York (1983)”.
En sus viajes a Marruecos el modisto descubrió el caftán, vestido de estilo camisola que integró en todas sus colecciones posteriores por sus infinitas posibilidades, pero también se aficionó a las drogas y al alcohol. Se reunía con personajes famosos como Andy Warhol, los Getty o la condesa Boul de Breteuil y las fiestas y excesos le rodeaban. Según el libro, las anfetaminas, las drogas y el alcohol crearon en Yves daños psíquicos irreversibles.
La autora, afirma que el modisto tenía un trato exquisito con sus trabajadores, que rendían culto a su personalidad por su dedicación al oficio, a pesar de su carácter tiránico y de que para ellos no hubiera horarios. El libro refleja a un Yves Saint Laurent angustiado y volcado en su trabajo, y, aunque no depresivo, sí obsesionado con ser el mejor.
El 7 de enero de 2002 Saint Laurent anunció su retirada del mundo de la moda, dejando atrás más 40 años dedicados a su gran pasión. Él fue el creador del prêt-à-porter y el que lo elevó a las pasarelas.
Yves Saint-Laurent falleció en París el 1 de junio de 2008, a la edad de 72 años de un tumor cerebral.
La versión original del libro ‘Saint-Laurent, mauvais garçon’ fue presentada en París durante la semana de la alta costura primavera-verano 2010.
L. Sedó
Barcelona, 04-06-2018
Imagen principal:
Portada del libro ‘Yves Saint Laurent, chico malo’
Páginas de origen de las imagenes:
Madlynn.blogspot.com
Musée Yves Saint Laurent
martiriosway.com